Los niños prestan más atención a las cualidades que modelamos, como la paciencia, la persistencia y la compasión, por ejemplo, que las palabras que realmente hablamos.
Si bien un poco de perfeccionismo puede ser algo bueno, llevarnos a apuntar alto y hacer las cosas bien, demasiado, conduce a una pérdida de confianza que, a su vez, da lugar a un ciclo perpetuo de miedo al fracaso. Lo que necesitamos modelar es la imperfección.
Las aulas deben ser lugares donde lo inesperado e impredecible se entrelazan perfectamente en la tela de cada día. Los resbalones, tropiezos y errores deben abundar, junto con momentos de equilibrio y refinamiento. Necesitamos enseñarles a nuestros hijos que está bien intentar algo duro, algo que nunca has hecho antes; y, lo que es más importante, debemos enseñarles que está bien si te caes de bruces.
En Ateneo School queremos que todos los niños se sientan cómodos cometiendo errores. Si los niños tienen miedo de los errores, tienen miedo de probar algo nuevo, tienen miedo de ser creativos, de pensar de una manera diferente. Nuestro énfasis en adoptar una mentalidad de crecimiento alienta a nuestros hijos a intentar una segunda vez, una tercera, una cuarta o una quinta; hasta que lo descubran.
Los errores son una de las cosas más importantes que pueden suceder en cualquier salón de clases. Cada día recordamos a nuestros hijos que la vida se trata de cometer errores, ser responsables y aprender de ellos. Nuestros hijos saben que los errores son parte de la vida; que sirven para sacarnos de nuestras zonas de confort, ayudarnos a aceptar el desafío y convertirnos en personas más creativas y auténticas.
En busca de un mantra, me encontré con las sabias palabras de Neil Gaiman.
‘Espero que en este año por venir, cometas errores. Porque si estás cometiendo errores, entonces estás haciendo cosas nuevas, probando cosas nuevas, aprendiendo, viviendo, empujándote a ti mismo, cambiándote a ti mismo, cambiando tu mundo. Estás haciendo cosas que nunca antes has hecho y, lo que es más importante, estás haciendo algo . Así que ese es mi deseo para ti y para todos nosotros, y mi deseo para mí mismo. Comete nuevos errores. Comete errores gloriosos y sorprendentes. Comete errores que nadie haya cometido antes. No se congele, no se detenga, no se preocupe de que no sea lo suficientemente bueno, o que no sea perfecto, sea lo que sea: arte, amor, trabajo, familia o vida. Lo que sea que tengas miedo de hacer; ¡hazlo! Comete errores, el año que viene y para siempre.
El éxito de los niños no se deriva de lo inteligentes que son; proviene de cómo se sienten acerca de sus errores y la forma en que abordan el desafío.